viernes, 2 de octubre de 2009
¿Qué es
No existe un consenso generalizado sobre los límites de la región patagónica; en Argentina es habitual considerar como pertenecientes geográficamente a
En la guerra del Pacifico se tomó la decisión de por qué zona (con sus respectivos recursos) Chile iba a pelear para salir de la crisis económica por la que pasaba, al optar por la guerra contra Perú, Chile ganó de este conflicto el salitre, el cual terminó siendo explotado por los británicos y recién cuando el Estado chileno empezó a beneficiarse de verdad con sus ingresos, los alemanes inventan uno sintético mucho más efectivo.
Pésima desiciòn, el salitre nos duró poco, mientras los argentinos tuvieron buen ojo al reclamar
Aquí aparece mas detallado todo lo que Chile se perdió
- RIQUEZAS MINERALES
Importante red de oleoductos, gasoductos, y poliductos, para trasladar estos combustibles y sus derivados desde las zonas de producción hacia las de mayor consumo dentro del país incluso exportándose a Chile.
Se explota carbón, en Río Turbio, hierro en Sierra Grande, turba en Tierra del Fuego, uranio en Chubut, existiendo proyectos de explotación de otros minerales, entre otros, oro y plata , en Cerro Vanguardia, Santa Cruz.
Las reservas establecidas para la cuenca Neuquina alcanzan en la provincia a un 12% del total nacional.
La actividad minera cuenta como principal riqueza el petróleo, cuya zona de explotación mas notable es la de Comodoro Rivadavia, encontrándose yacimientos de este combustible y de gas en Neuquen, Plaza Huincul, Río Negro...
La explotación de combustibles privilegia la del gas, realizada mediante gasoductos como el GasAndes, que transporta el fluido desde el Yacimiento Loma de
Conteniendo casi el 70% de las reservas totales de gas, la cuenca neuquina se ubica en el primer lugar del país, siendo los principales yacimientos loma de
POTENCIAL HIDROELÉCTRICO
Trece De las cuencas pluviales mas importantes del mundo, se ubican en el sur del continente, desde San Martín de los Andes hasta
Agua Salada | 97,5 |
Agua Dulce | 2,5 |
Glaciares y Nieves Perpetuas | 68,9 |
Agua Dulce Subterránea | 28,9 |
Lagos y Ríos | 0,3 |
GANADERÍA Y PESCA
La cría de ganado ovino constituye uno de los principales recursos económicos
porque se adapta a los rigores climáticos, por estar protegidos con su espesa capa de lana, y a los pastos duros con los que se alimenta.
Podemos nombrar razas como
En Santa Cruz es muy importante esta actividad ganadera, en Río Negro los rendimientos lanares no son definitivamente altos por lo que se procura intensificar la cría de ganado vacuno, y en Neuquen no se encuentra muy desarrollada.
Una riqueza incalculable es la ictícola, fuente de ingreso en la economía nacional. Abundan el pejerrey, anchoitas, el abadejo, langostino, camarones, merluza, centolla, crustáceos, como importantes extensiones de algas, también se pesca el surimi ,que mediante un proceso se transforma en kani kama.
Hasta 1810 la base de la soberanía de cada República en la América emancipada era el principio de Uti Posidetis Juris, es decir, que poseería el mismo territorio que le correspondía desde la colonia y al momento de la independencia de 1810. Esto significa que la República de Chile debía poseer lo mismo que la gobernación de la capitanía de Chile, y la de Argentina lo mismo que el virreinato de la plata o de buenos aires. Aquí veremos cuales son los fundamentos de estos derechos históricos que comenzarían a ser atropellados sistemáticamente hasta nuestros días, volviendo ya incompatible el Uti Possidetis Juris de 1810 entre ambos países con la actual situación de fronteras y limites vigentes (seguir leyendo).
La campaña propagandística y diplomática del expansionismo argentino sobre la Patagonia, vino con la estrategia de aparentar ante las autoridades chilenas una disposición al diálogo, mientras preparaban secretamente alianzas y ofensivas estratégicas que estuvieron al borde de concretarse con consecuencias bélicas luego de la ocupación de santa cruz por la escuadra argentina y después la famosa "expedición del desierto", ordenada por el general Julio Roca. Aprovechando la compleja situación militar en la que se encontraba Chile en la guerra del pacífico por el norte, la Argentina logró imponer la firma del tratado de 1881, consiguiendo incorporar a su territorio cerca de un millón de kilómetros cuadrados de superficie patagónica que, por derechos jurídicos e históricos, correspondían enteramente a chile.
La historia de las ocho entregas de territorio chileno a la argentina entre los años 1881 y 1998:
Todo empezó cuando argentina abrió un debate sobre la posesión de la Patagonia, tras la fundación del fuerte Bulnes por parte de chile, en 1843... Hasta hoy, las ocho entregas de territorio se debieron no solo al oportunismo contextual de las autoridades platenses, sino principalmente a la nefasta acción de los entreguistas chilenos, que no ven valor alguno en el territorio como para defenderlo o luchar por el (teoría de los "pedacitos mas, pedacitos menos").
Durante nuestro período independiente, Chile ha seguido una denigrante política de límites con Argentina, que ha desembocado en la entrega gratuita de un millón 264 mil kilómetros cuadrados a nuestros vecinos del este, en seis entregas, cuyos conflictos han sido siempre originados en Argentina. Política entreguista de límites por desidia y desconocimiento que, desgraciadamente, se ha mantenido hasta hoy. El primer gran enemigo de ese tratado fue un chileno, don José Victorino Lastarria, quien al dirigirse e 1865 a Buenos Aires como Ministro Plenipotenciario a cargo de obtener la adhesión de Argentina a Chile para combatir la ocupación de parte de España de las Islas Chinchas en el Perú, llevó además la misión de negociar los límites con Argentina, ya que esta nación desconocía los derechos de Chile en la Patagonia, consagrados en el tratado de 1856.
El argumento de estos historiadores argentinos sobre la limitación del territorio nacional, descrito en las primeras constituciones de Chile independiente, fue completamente desvirtuado en el siglo pasado por nuestros historiadores Diego Barros Arana y Adolfo Ibáñez, ya que la Constitución es una ley interna del país y los territorios no se pierden por leyes locales. Argentina pedía la misma línea pegada al Pacífico que presentó en 1991, de manera que ahora presenta como territorio "en litigio" lo que ganó en 1902, o sea, la frontera actual más su antigua aspiración.
Chile y el problema de la Patagonia y del estrecho de Magallanes Aparte de lograr la alianza antihispánica, el enviado chileno José Victorino Lastarria traía a Buenos Aires el objetivo secundario de llevar a cabo lo estipulado por el artículo 39º del tratado de 1856 de paz, amistad, comercio y navegación entre la Argentina y Chile, que proponía o bien la negociación diplomática directa o bien el arbitraje como mecanismos para saldar el conflicto sobre la Patagonia y el estrecho de Magallanes.
sería arruinar a Chile, contrariar al menos su desarrollo. En esos momentos nos faltaban brazos, capital y cerebro para explotar nuestro valle central, pidiendo a gritos riego artificial; (...). En el norte, la minería clamaba por capitales y brazos. Con estos antecedentes, la mayor insensatez que se podía cometer era reñir con la Argentina por una comarca estéril, maldita por la naturaleza, donde nuestra escasa población y nuestros más escasos capitales se consumirían a fondo perdido. (...) Luego, después, dejarían nuestro flanco abierto oriental a las acometidas de un vecino, que ya no sería nuestro hermano, sino nuestro rival. Sin la Patagonia, Chile proseguiría su firme y segura expansión, libre de rivales. Con la Patagonia, a menos de dejarla como una cosa perdida, su crecimiento se debilitaría, como consecuencia del desgaste que importaba la anexión de un territorio, donde todo lo que se invirtiese sería agua vertida en un tonel sin fondo (...).
Pero paralelamente a la existencia de esta corriente americanista mencionada por Encina se produjo el creciente fortalecimiento de un sentimiento nacionalista en ambos países, provocado por el resultado exitoso de las guerras en que Chile y la Argentina participaron. El conflicto de la Triple Alianza -la Argentina, Brasil y Uruguay- contra Paraguay, y el de la Cuádruple Alianza -Chile, Perú, Ecuador y Bolivia- contra España si bien obligaron a la Argentina y Chile a aplazar sus problemas territoriales, produjeron el mencionado efecto que sería disfuncional para la solución del conflicto limítrofe. Por otra parte, Rauch señala como un dato interesante que existen indicios de que el gobierno chileno asistió con hombres y armas modernas a Felipe Varela -el montonero que intentó desafiar al gobierno de Mitre- en su invasión a La Rioja. Este hecho y otros posteriores en que el gobierno chileno intentó sacar provecho de los compromisos externos y los problemas internos del gobierno argentino -en la década de 1860, la Guerra del Paraguay y el conflicto entre el gobierno central y las montoneras provinciales; en la década de 1870, las invasiones indígenas y la posibilidad de guerra con el gobierno de Brasil- demostrarían según este autor que el gobierno de Chile, motivado por la disputa limítrofe, intentó desestabilizar a la Argentina y aprovechó esas circunstancias para comenzar la exploración y asentamiento en la costa patagónica.
El ofrecimiento de "renuncia" de la región patagónica por parte de Lastarria al gobierno de Mitre no constituyó un gesto aislado del diplomático chileno, sino que estaba de acuerdo con toda una línea que Encina llama “corriente conciliadora o americanista”. Esta había nacido, en el caso chileno, junto a los primeros incidentes entre autoridades chilenas y mendocinas por la cuestión de los potreros cordilleranos en marzo de 1845; se había congelado durante los reclamos de Rosas al dominio del estrecho de Magallanes en diciembre de 1847 (efectuados como réplica a la ocupación chilena de Fuerte Bulnes en 1843) y había renacido con la agresión del gobierno español a los países de América del Sur entre 1864 y 1867. Cabe recordar al respecto que tanto el bombardeo de Valparaíso y del Callao en 1866 como la instauración del Imperio de Maximiliano de Habsburgo en México habían estimulado el americanismo en muchos países latinoamericanos como reacción a la intervención española y francesa. Este sentimiento americanista, por el cual la Argentina y Chile debían hermanarse y resolver de una vez y para siempre sus conflictos limítrofes, era un sentimiento que Lastarria compartía con otros miembros destacados de la clase política chilena, tales como Barros Arana, Matta, Vicuña Mackenna -éste tenaz crítico de Amunátegui-. Estos nombres tendrían un importante papel en las negociaciones con la Argentina. Para estos "americanistas" la posibilidad de guerra con la Argentina resultaba equivalente a una locura y, a diferencia del futuro canciller Adolfo Ibañez, percibían que la incorporación de la Patagonia a Chile sería un factor de debilitamiento del poder económico chileno. Encina, citando al "americanista" Vicuña Mackenna, afirma que la incorporación de la Patagonia, percibida como "tierra maldita",
sería arruinar a Chile, contrariar al menos su desarrollo. En esos momentos nos faltaban brazos, capital y cerebro para explotar nuestro valle central, pidiendo a gritos riego artificial; (...). En el norte, la minería clamaba por capitales y brazos. Con estos antecedentes, la mayor insensatez que se podía cometer era reñir con la Argentina por una comarca estéril, maldita por la naturaleza, donde nuestra escasa población y nuestros más escasos capitales se consumirían a fondo perdido. (...) Luego, después, dejarían nuestro flanco abierto oriental a las acometidas de un vecino, que ya no sería nuestro hermano, sino nuestro rival. Sin la Patagonia, Chile proseguiría su firme y segura expansión, libre de rivales. Con la Patagonia, a menos de dejarla como una cosa perdida, su crecimiento se debilitaría, como consecuencia del desgaste que importaba la anexión de un territorio, donde todo lo que se invirtiese sería agua vertida en un tonel sin fondo (...).
Pero paralelamente a la existencia de esta corriente americanista mencionada por Encina se produjo el creciente fortalecimiento de un sentimiento nacionalista en ambos países, provocado por el resultado exitoso de las guerras en que Chile y la Argentina participaron. El conflicto de la Triple Alianza -la Argentina, Brasil y Uruguay- contra Paraguay, y el de la Cuádruple Alianza -Chile, Perú, Ecuador y Bolivia- contra España si bien obligaron a la Argentina y Chile a aplazar sus problemas territoriales, produjeron el mencionado efecto que sería disfuncional para la solución del conflicto limítrofe. Por otra parte, Rauch señala como un dato interesante que existen indicios de que el gobierno chileno asistió con hombres y armas modernas a Felipe Varela -el montonero que intentó desafiar al gobierno de Mitre- en su invasión a La Rioja. Este hecho y otros posteriores en que el gobierno chileno intentó sacar provecho de los compromisos externos y los problemas internos del gobierno argentino -en la década de 1860, la Guerra del Paraguay y el conflicto entre el gobierno central y las montoneras provinciales; en la década de 1870, las invasiones indígenas y la posibilidad de guerra con el gobierno de Brasil- demostrarían según este autor que el gobierno de Chile, motivado por la disputa limítrofe, intentó desestabilizar a la Argentina y aprovechó esas circunstancias para comenzar la exploración y asentamiento en la costa patagónica.
El ofrecimiento de "renuncia" de la región patagónica por parte de Lastarria al gobierno de Mitre no constituyó un gesto aislado del diplomático chileno, sino que estaba de acuerdo con toda una línea que Encina llama “corriente conciliadora o americanista”. Esta había nacido, en el caso chileno, junto a los primeros incidentes entre autoridades chilenas y mendocinas por la cuestión de los potreros cordilleranos en marzo de 1845; se había congelado durante los reclamos de Rosas al dominio del estrecho de Magallanes en diciembre de 1847 (efectuados como réplica a la ocupación chilena de Fuerte Bulnes en 1843) y había renacido con la agresión del gobierno español a los países de América del Sur entre 1864 y 1867. Cabe recordar al respecto que tanto el bombardeo de Valparaíso y del Callao en 1866 como la instauración del Imperio de Maximiliano de Habsburgo en México habían estimulado el americanismo en muchos países latinoamericanos como reacción a la intervención española y francesa. Este sentimiento americanista, por el cual la Argentina y Chile debían hermanarse y resolver de una vez y para siempre sus conflictos limítrofes, era un sentimiento que Lastarria compartía con otros miembros destacados de la clase política chilena, tales como Barros Arana, Matta, Vicuña Mackenna -éste tenaz crítico de Amunátegui-. Estos nombres tendrían un importante papel en las negociaciones con la Argentina. Para estos "americanistas" la posibilidad de guerra con la Argentina resultaba equivalente a una locura y, a diferencia del futuro canciller Adolfo Ibañez, percibían que la incorporación de la Patagonia a Chile sería un factor de debilitamiento del poder económico chileno. Encina, citando al "americanista" Vicuña Mackenna, afirma que la incorporación de la Patagonia, percibida como "tierra maldita",
jueves, 1 de octubre de 2009
Subgrupos: La clasificación de los pueblos que poblaron la Pampa y
Organización social: Aunque móviles, sus movimientos grupales solían ser circuitos, predominantemente de oeste a este y viceversa. Durante cada temporada tenían sítios donde instalaban sus campamentos, llamados aik o aiken por ellos y tolderías por los españoles y criollos.
Cada una de sus agrupaciones estaba integrada por nexos de parentesco y tenía un territorio específico de caza y recolección; los límites solían estar precisados ancestralmente por accidentes muchas veces poco notorios: una loma, un abrevadero, una hondonada, un árbol importante. En caso de que una agrupación no pudiera satisfacer sus necesidades en su propio territorio, debía pedir permiso a agrupaciones vecinas de la misma etnia para aprovechar los recursos de sus territorios; una violación a esta norma solía implicar guerra.
Religión: Como en el caso de muchas otras etnias que no desarrollaron una estructura estatal o que fueron ágrafas, no poseían un sistema sectario religioso (liturgia y estructura vertical) como en occidente tal cual se suele entender comúnmente, es algo antojadizo; los tehuelches, como todos los pámpidos, tenían sistemas de creencias basados en mitos, y ritos, no existiendo un sacerdocio sino el tipo de función que suele ser llamada chamanismo. Sus chamanes ejercían la medicina con la ayuda de esos espíritus.
Biografía
José Victorino Lastarria Santander (Rancagua, 23 de marzo de 18177 - Santiago, 14 de junio de 1888), escritor, político y revolucionario chileno. Hijo de Francisco Lastarria y Carmen Santander.
Estudió en su ciudad natal y luego se trasladó a Santiago, becado por el gobierno de Francisco Antonio Pinto para ingresar al Liceo de Chile, entonces regentado por José Joaquín de Mora. Mientras estuvo allí ocurrió la revolución conservadora de 1829, la cual triunfa en Lircay. Mora fue expulsado del país, hecho que motivó a Lastarria a tomar el camino revolucionario para derrocar a la dictadura que se estaba instalando.
Luego de egresar del Instituto Nacional, estudió variadas carreras, lo que le valió recibir los títulos de Geografía y abogado otorgados por
En 1842, junto a un grupo de alumnos del Instituto Nacional, conforma
En 1848, con el recrudecimiento de la represión por parte del gobierno conservador de ese entonces, Lastarria se integra a
Una vez fuera de Chile, Lastarria se unió a otros exiliados que buscaban apoyo internacional para sacar del poder al gobierno conservador que gobernaba el país. Por consejo de Francisco Bilbao, volvió a Chile en 1853, instalándose en Valparaíso, donde apoyó las movilizaciones en contra del gobierno y se convirtió a la masonería, institución por entonces no reconocida en Chile.
En 1859, tras el alzamiento popular que obligó a Antonio Varas a deponer su candidatura, Lastarria se transforma en uno de los principales personajes de la transición hacia el gobierno liberal que se produce entre 1861 y 1871 bajo el gobierno de José Joaquín Pérez. En esta época, además de decano de la facultad de Filosofía de
En 1860 publicó una notable fantástica en clave política, llamada Don Guillermo, que es la primera novela escrita en Chile, donde denuncia la falta de libertad social bajo los gobiernos conservadores a través de una alegoría que entronca con la mitología y leyenda mapuche. Obra breve, pero intensa, que le valió tanto éxito como animadversión en aquellos convulsionados años en que la administración del Estado cambió del ala conservadora, a la corriente liberal. En 1862 vuelve a Lima, esta vez como embajador, donde debe enfrentar en 1864 la agresión de España contra Perú, hecho que motivaría a Chile a declarar la guerra contra los españoles.
Tuvo un pensamiento pacifista y americanista como manifestó en enero de 1865, como diplomático en una misión a
En 1876 fue designado por el presidente Aníbal Pinto como Ministro del Interior. En su período se creó el Diario Oficial, que se transformó en el boletín oficial del gobierno. En 1879, con motivo de
En 1883, juró como ministro de la Corte Suprema.
Falleció en Santiago, el 14 de junio de 1888.